sábado, 10 de octubre de 2009

Oración de Sanación y Liberación

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder.

Arranca las raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.

Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional, infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.

Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!

Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo, maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí. Y, en el poder de Jesucristo resucitado, ¡libérame Señor! ¡Cúrame Señor! ¡Ten piedad de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena de tu amor, alegría, paz y plenitud.

Creo que estás haciendo esto en mí ahora y asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! ¡Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de Jesús y por Maria nuestra Madre.

Amén.

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